Viajes a Santiago (2ª Parte)
Como todo fin de semana bajo del bus a mi reencuentro semanal con el smoog, el calor y la gente. El dia anterior habia sido a lo menos bizarro, en esta parte del globo estamos en pleno verano sin embargo ese dia parecia que un pedazo de invierno rebelde se impuso asi como asi, sin previo aviso, en la montaña donde trabajo se dejo caer una nevazon digna de los dias lejanos de julio, en el resto de la cuidades de Chile habian tormentas electricas y mas nevazones en zonas cordilleranas. Nadie se espero algo de esa magnitud, la cerretera que nos conecta con el mundo fue cerrada por un lapsus considerable de tiempo dado las condiciones que reinaban. Fue un fenomeno que se ha dado en los ultimos años y se ha ido agudizando en cambio muy violentos de clima. Finalmente pudimos bajar sin mayores inconvenientes.
De vuelta al bus directo y sin escalas a mi casi rutinario fin de semana. Pronto se terminara esto , lo se, pero muchas veces ese pronto de vuelve a alejar , es como si fuera un horizonte personal al cual me dirijo pero que nunca puedo alcanzar.
Bajo del bus , otra vez, subo al bus de acercamiento , otra vez, recorro la ciudad con maleta y mochila, de paso veloz y mekanizado, no puedo evitar mirar a mi alrededro y darme cuenta que soy un ser urbano de tomo y lomo. De lo mucho que me gusta la fauna imperante en la ciudad, eso de imaginarme de las miles de historias que pasan a mi lado es mi jobbie. El movimiento sin horario determinado, es lo que hace de una cuidad una ciudad asi como la diversidad de sus habitantes. La ironia es que al llegar a casa no hay movimento ni ruidos, ni nada de eso esta en una extraña burbuja de paz, me encanta, puedo tener paz y la locura de la ciudad a mi antojo.
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